
Plan de estudios
Los programas en la Sagrada Familia se centran en cinco áreas principales de desarrollo: habilidades sociales/emocionales, habilidades lingüísticas, habilidades cognitivas, habilidades motoras y habilidades de higiene/autoayuda. Para cada grupo de edad se dispone de un programa de actividades diarias y un plan de lecciones semanales. Las actividades incluyen actividades académicas, proyectos especiales, excursiones, etc. Cada aula sigue un horario coherente que combina rutinas como comer y descansar con actividades de aprendizaje. Los niños desarrollan diversas habilidades como cantar, escuchar, construir, compartir, leer, descubrir, negociar, resolver problemas, representar papeles, contar y clasificar. Se pondrá a su disposición un boletín trimestral en papel o en formato electrónico para mantenerle informado de las actividades y noticias del centro.
Los niños se agrupan por edad y nivel de desarrollo. También se tiene en cuenta la fecha prevista de entrada en el jardín de infancia. Las actividades y las expectativas de aprendizaje se ajustan a la edad, madurez y capacidades de los niños del grupo. El centro atiende a los niños con necesidades especiales consultando a los padres, a los asesores sanitarios profesionales adecuados y a los miembros del personal para desarrollar planes de clases (que incluyan personal y equipos suficientes) que fomenten el crecimiento de cada niño.
Transición de un aula a otra se basa en el crecimiento individual, el desarrollo y la edad de cada niño. Las consultas con los padres fomentan la comunicación sobre el grado de preparación de cada niño para el cambio de aula. Se anima a los padres a visitar la nueva aula y conocer a los profesores antes del traslado. Cada niño empezará a visitar su nueva aula antes de pasar al grupo. Las visitas serán supervisadas por los coordinadores de piso y se harán ajustes en función de las necesidades del niño. El proceso de transición de una clase a otra puede ser difícil y/o emocionante para los niños y los padres. El personal de la Sagrada Familia trabaja para que la transición sea fluida para todos los implicados.
Disciplina consciente
La Disciplina Consciente es un enfoque del aprendizaje socioemocional y la gestión del comportamiento que se utiliza principalmente en entornos educativos, aunque sus principios también pueden aplicarse en otros contextos, como las familias y las comunidades. Fue desarrollada por la Dra. Becky Bailey, educadora y psicóloga del desarrollo. La Disciplina Consciente está diseñada para ayudar a las personas, especialmente a los niños, a desarrollar la autorregulación, la inteligencia emocional y las habilidades interpersonales positivas.
Los componentes clave de la Disciplina Consciente incluyen:
El enfoque hace hincapié en la importancia de que los adultos sirvan de modelo de autocontrol y regulación emocional para los niños. Enseña a los adultos a mantener la calma y la compostura en situaciones difíciles, lo que a su vez ayuda a los niños a aprender estas habilidades mediante la observación y la práctica.
La Disciplina Consciente se centra en ayudar a las personas, incluidos los niños, a reconocer y comprender sus propias emociones y las de los demás. Fomenta la empatía y la comunicación eficaz para resolver conflictos y construir relaciones positivas.
En lugar de basarse en medidas punitivas o castigos, la Disciplina Consciente promueve el uso de técnicas de disciplina positiva que enseñan a los niños comportamientos adecuados y habilidades para resolver problemas. Anima a educadores y padres a abordar el mal comportamiento con empatía y momentos de enseñanza.
El programa se basa en la comprensión del desarrollo del cerebro y de cómo las emociones influyen en el aprendizaje y el comportamiento. Ofrece estrategias para ayudar a las personas a regular sus emociones y tomar mejores decisiones activando el córtex prefrontal, la parte del cerebro responsable de la toma de decisiones y el control de los impulsos.
La Disciplina Consciente hace hincapié en la importancia de establecer vínculos sólidos entre adultos y niños. Anima a cuidadores, educadores y padres a establecer un entorno seguro y de apoyo en el que los niños se sientan valorados y queridos.
Este enfoque enseña a las personas, especialmente a los niños, a identificar problemas, expresar sus necesidades y sentimientos y colaborar para encontrar soluciones. Fomenta la capacidad de resolver problemas y las técnicas sanas de resolución de conflictos.